Ayer en el Real Jardín Botánico de Córdoba entre flores, árboles y plantas de todo tipo, recitamos versos María José Mures y yo con motivo de la celebración del Día del Libro. El lugar es realmente imponente y da gusto pasear entre tanta exuberancia de formas, colores y olores. La propuesta vino de parte de Alfonso Jiménez, que fue muy amable y en todo momento estuvo pendiente de nosotras y de las personas que nos acompañaron en el recorrido por el jardín.
Una idea realmente magnífica en la que se dieron un gran abrazo la literatura y la naturaleza. Algo para repetir en cualquier otra ocasión. Y, para colmo, al final fuimos obsequiadas con algunas plantas para llevarnos a casa.
¿Se puede pedir más?
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